lunes, 29 de octubre de 2012

De vuelta

Pues eso, que aquí andamos, de vuelta. Que ha pasado una barbaridad de tiempo desde que me pasé por aquí la última vez, y esto debe formar una gráfica muy bonita si ponemos en abscisas el tiempo y en ordenadas el número de entradas. Seguro que se ve una oscilación más bonita que la de la Bolsa (en realidad me da vergüenza ponerlo en mayúsculas pero, haciendo caso a lo que me enseñaron en el colegio, habrá que ponerlo en mayúsculas por ser una institución).

En fin, como esto no es un blog de ideologías, que nuestros amigos alados no entienden de ella pues hablemos de ellos, que ahora estamos ya en otoño, época de migrantes, y ¡qué época!

  • Los alcatraces pegaron una subida de número el fin de semana pasado impresionante. Hasta el 18 de octubre no había visto más que uno en los Baños del Carmen, tirándose muy cerca de la costa, cosa que me extrañó, puesto que fue el primero de esta temporada otoño-invernal y al que vi fue a un adulto, cerca de la costa y me produjo una profunda satisfacción ya que yo volvía después de 6 horas de clase en la universidad. Sin embargo, a partir del fin de semana del 20 y el 21 de octubre se empezaron a ver a patadas por el mar individuos de todos los grupos de edad: los oscuros muy jóvenes; los más blancos (iluminados, si se quiere, de forma poética), pero aún algo oscuros 2º y 3er año; y los que alcanzaron la "iluminación" al completo: los adultos. Por supuesto, aún siguen por aquí, y seguirán, gracias al tiempo, o a Dios, o...
  • Los cormoranes se vuelven a notar  con fuerza. El pasado fin de semana, aunque en la Desembocadura del Guadalhorce había un buen número de ellos posados en sus eucaliptos de dormidero, pocos se notaban por el Palo. Sin embargo, este fin de semana sí que se han notado bien, y ya llegan volando hasta el puerto del Candado con su rápido batir de alas, son los helicópteros de la mar.
  • Por supuesto, las sombrías están en unos números tan altos como todos los años. Sin embargo, creo que este año las estoy disfrutando más, aunque no me preguntéis por qué, porque no tendría ni el más mínimo ápice de contestación , la verdad. Simplemente, me embobo mirándolas luchar contra el viento, o descansar tranquilas entre el fuerte oleaje, a pocos metros de la orilla; o me extasío diferenciando entre patiamarillas y sombrías (sobre todo si tengo el más mínimo atisbo de diferenciación clara entre primeros años), o reconociendo intermedius entre las sombrías. En fin, que las estoy disfrutando como un niño pequeño un caramelo.
  • Por otro lado, han vuelto las garzas reales a sus curiosos posaderos invernales. No solo posaderos, claro, sino también comederos: las plataformas de acuicultura. Allí las veo acercarse volando de vez en cuando, y posarse en una de ellas, y ponerse a acicalarse, tan tranquila ella. Cuando vuelvo, después de haber pasado unas cuantas páginas de apuntes de microbiología, la veo quieta, mirando fijamente a la superficie, la pobre, buscándose el rancho diario. Eso sí, me parece realmente curioso que vayan allí (últimamente, de todas formas, solo veo una) desde tan temprano, implicando esto que no se quedan en la desembocadura (por poner algún sitio) a pescar allí, sino que prefieren estas plataformas. Además creo recordar del invierno pasado que solo ocurría en esta época y que, una vez llegado diciembre, ya no se las volvía a ver por las plataformas. Esto lo controlaré este año.
  • En un último orden, destacar que ya he visto un par de pardelas baleares, que el invierno pasado me costó encontrarlas tanto que no lo hice hasta enero. Iban con su vuelo característico, que tanto las diferencia de las cenicientas, cerca también de las plataformas. Son bonicas, la verdad, y me tienen conquistado las pardelas (y todos los proceláridos, la verdad) desde la primera vez que las vi, allá por mi muy niñez, en una guía de aves de Europa con fotografías que me compraron mis padres en un viaje a Navarra (esa fue, de hecho, la primera). Pues desde ese momento (ya contaré más sobre esa guía, que me trae muchos recuerdos) las busqué cuanndo todavía sabía muy poco sobre ornitología y tenía un equipo de observación muy pobre (al menos, no tenía el telescopio) sobre el mar, hasta que me llegaron a parecer un mito (como los bisbitas, sobre los que ya contaré también). Sin embargo, no sé decir ahora cuándo, llegó un día en el que vi mi primera pardela. Me fue totalmente increíble el haberla visto, y, por supuesto, el clasificarla en una especie u otra. Sin embargo, con el tiempo, adquiere uno la  experiencia. Ahora, cada vez que las veo, me regocijo una barbaridad (más la primera vez que las vi de cerca en una salida en barca en la que había un buen bando de gaviotas y una gran cantidad de pardelas alrededor de un banco de caballas).
Pues, en cuanto a la mar, poco más que añadir, más que que nos siga dando estos gozos todos los días del año, y en invierno más, si cabe. Así que yo me voy despidiendo por aquí, que ya es hora de irse a la cama, no sin antes terminar de escuchar este concierto para oboe en si bemol mayor de J W Hertel, que he descubierto gracias al canal "Columna regni sapientia" de youtube (el link: http://www.youtube.com/user/KuhlauDilfeng).

Pues nada, que espero volver a retomar (o tomar por primera vez, que creo que es algo más correcto) un ritmo con aquí mi amigo el blog y contigo, que me lees, a quien te digo gracias por estar ahí detrás (o delante de tu pantalla, si lo prefieres) escuchando mis rollos, que me gusta contarte.

Pues eso, que estas horas no hacen bien al cuerpo. Seguirá informando, dall_darwin.

domingo, 8 de julio de 2012

La paciencia es la madre de la ciencia

Lo he estado esperando hasta esta hora. Me daba igual la que fuese, simplemente quería volver a escucharlo. Ahora mismo esta por aquí, acaba de emitir el tremolo de su ulular, que consta de dos partes: el monotono y el tremolo.
Seguirá informando, dall_darwin.

sábado, 7 de julio de 2012

Col favor della notte

En eso estamos, que ayer, o más bien hoy, con el favor de la noche, mientras cenábamos en la terraza a las 1 de la madrugada, escuchamos de pronto el ulular de un cárabo. Me sorprendió ya que hasta ahora sólo había  escuchado el del autillo y el del mochuelo (aunque creo que en Galicia si que escuché cárabo, pero no tenía yo tal afición por los alados), y menos en medio de la ciudad; aunque sabía que los cárabos son de los más urbanitas entre las rapaces nocturnas. Sin embargo, nunca lo había escuhado o visto por aquí.
Por cierto, el título hace referencia a lo que dice Fígaro tras su cavatina "Largo al factotum", que en lugar del marido corteja a las damas pero con la ayuda de la noche para que no reconozcan una cara diferente a la del marido ("a me la vedovella ricorre pel marito; io, colla scusa del pettine di giorno, della chitarra col favor della notte").
Pues por ahora nada más, aquí seguimos batiendo mis records internos.
Un saludo, seguirá informando, dall_darwin.

viernes, 6 de julio de 2012

Sano ejercicio

Ya sabemos que todo el ejercicio es sano, pero, mientras que se puede ejercitar el cuerpo, también puede ejercitarse la mente: "Mens sana in corpore sano".
Pues el punto que queria hacer en esta entrada, supongo que la única del día de mi cumpleaños, es el ejercicio de la memoria y la observación  pajarera. Y lo propongo mediante la IBC, que supongo que algunos conoceréis. Sin embargo, partiremos de que no la conocéis para explicar a unos y a otros lo que es y el ejercicio que propongo.
La IBC (Internet Bird Collection) es una base de datos mundial sobre aves. Creada y desarrollada por J. del Hoyo, al que debemos la creación de la editorial Lynx y la publicación, junto a colaboradores, del "Handbook of the birds of the World" (digamos la "Guía de mano de las aves del mundo"); la IBC actualmente contiene documentación fotográfica del 85'22% del total de especies recogidas en la base de datos, documentación en video del 75'45% del total, y documentación por sonidos del 45'06%. En definitiva, termina cubriendo, con uno u otro tipo de documentación, el 90'56% del total de especies recogidas.
La cosa es que, en su páginade inicio señala una "ID Quiz" (prueba de las identidades) en la que enseñan 25 fotografías de aves en cualquier plumaje, nido con huevos... La gracia es hacerlo asiduamente y alcanzar un grado de reconocimiento en el que reconozcas las de tu area y las de las antipodas. O, al menos, como yo trato de hacer, intentarlo, ya que llevo ya algo así como un año mirándolo bastante asiduamente y los Antwren, las Dendroicas, los tanagras y otros, me resultan realmente difíciles. Os dejo el enlace a la ID quiz: http://ibc.lynxeds.com/content/photo-id-quiz. Por cierto, la actualizan a diario. Así, no podréis hacer dos diferentes en un mismo día.
Pues nada, por ahora nada más. Que ustedes lo descansen bien ahora que, por fin, hemos conseguido alcanzar una temperatura más o menos aceptable para dormir tranquilamente.
Seguirá informando, dall_darwin.

jueves, 5 de julio de 2012

El calorcito hace de las suyas

¡Hombre! ¿Cómo yo por aquí? Tan pronto. Si hace solo un día que nos leimos/escribimos. En fin, que esto es cierto. "Ist's Fantasie, daß ich noch lebe?" (¿Es una fantasía que aún siento?) como diría Tamino. Pero la respuesta, como se le respondería a Tamino, es no. Me acabo de despertar de una buena siesta ya que ayer me acosté a las 1:00 depués de ver los tres primeros cuadros de "El Oro del Rhin", y hoy me he levantado a las 6:15.
La cosa es que hoy mismo he estado en la Desembocadura del Guadalhorce. Como queda dicho, a las 6:15 ya estaba en pie, y ya a esa hora hacía un calorcito anormal. A las 7:30 ya estabamos subiendo la cuestecita de entrada desde Guadalmar. Adonde primero fuimos fue a la Laguna Escondida, donde lo más destacable fueron dos machos de malvasía en plumaje bellísimamente estival; junto con un martín pescador al fondo de la laguna. Otras especies fueron ánade azulón, zampullín chico, carricero común. Tras eso pasamos por la Laguna de la Casilla; no sin antes cruzarnos con un martinete adulto en plumaje estival volando desde la Casilla hacia la parte alta del Guadalhorce; en la que fochas, porrones, azulones, malvasías y zampullines chicos nos han recibido. En la parte alta del Río Viejo la señora de chorlitejo patinegro se unía con sus parientes chorlitejos chicos. También muchas cigüeñuelas nos  recibían allí como especie mayoritaria. Tres conejos se pasearon también por delante de nuestras narices. En la parte baja del Río Viejo casi únicamente había cigüeñuelas, aunque si que había algún chorlitejo chico. Después de aquello me di un paseito por la playa, en la que varios ejemplares de Homo sapiens sapiens se daban un bañito de sol, como se lo estaba dando mi nuca. El calor que venía haciendo era ya inhumano. Alrededor de los 30 grados y subiendo. Por esto ismo me eché algo de salada agua marina sobre la testa y continué hacia la Laguna Grande. De camino a ella me crucé con doña abubilla, que salió volando de mi brazo izquierdo, al igual que el señor y la señora cogujada lo hicieron de mis pies. Ya en la Laguna Grande una concentración ingentísima de gaviotas de Audouin, entre las que había algunas aanillas; junto con un trío de cabecinegras; una cantidad relativamente grande de reidoras y unas pocas patiamarillas. También destacaban un par de espátulas, una garcilla bueyera, un grupito de garcetas comunes y un cuartetín de archibebes comunes. Para ese momento, el calor azuzaba de una forma más allá de inhumana, hacía un calor que ablandaba los sesos, embotaba la cabeza... Decidimos terminar el día probando suerte con el avetorillo o el calamón de nuevo en la Laguna Escondida. Sin embargo, allí estuvimos inmóviles y silentes durante media hora viendo el ajetreo que traían las fochas, los abejarucos, las gracetas... pero ni hablar de los dos objetivos. En ese momento ya habíamos perdido todas nuestras fuerzas y, dejados de la mano de Lorenzo, nos dirigimos hacia el coche, donde concluimos nuestro recorrido de hoy.
Esto aquí se acaba por hoy, y espero que no por este mes, pero no me voy a repetir, que igual terminé la entrada de ayer.
Muy buen día y les deseo una fresca noche, paliativa del derretidor día que hemos pasado hoy.
Seguirá informando, dall_darwin.

miércoles, 4 de julio de 2012

Vuelven las tardes de "ánimas y diablos"

Muy buenas tardes a vosotros, sufridos lectores (si me lo permite un buen profesor). Ha vuelto el verano y, suave, se nos introduce en el cuerpo (ni hablar del peluquín, que lleva metiendo baza desde bien pronto en el año, pero lo utilizo porque me han metido el romanticismo en la mente la Cenerentola y el Principe en el dueto "Un soave non so che" de "La Cenerentola", de Rossini).
En fin, que me vuelvo a ir por los cerros de Úbeda, como hago siempre; que, con el verano, vuelven las tardes en el balcón de casabu con el tele enfocando el mar. La  gracia es que ayer, cuando ya había descubierto un par de pardelas menores, que supuse que serían baleares por la lejanía, vi un ave de considerable envergadura que se tiró en forma de misil contra el agua. Me dije: "Tranquilo, el calor hace estragos en las mentes, piensa en los espejismos...". La gracia es que salió del agua y era grandecico el angelito, cuando echó a volar dando unos aleteos bien fuertes, pataleando en el agua, hasta que levantó el vuelo. Lo seguí y me dije: "Los espejismo no son eternos, cuanto más te acercas, se va desvaneciendo". La cuestión es que aquello seguía pareciendo un alcatraz de libro. La gracia no es que hubiese un alcatraz, sino que fueran DOS. Uno más joven que el otro, a juzgar por el plumaje, se turnaban en las caídas a punta de pico entre las pardelas, a cuyo grupo seunieron un par de pardelas cenicientas, que llegaron a formar una balsa junto con las otras.
En definitiva, que he visto un par de alcatraces fuera de la época normal del año en la que se ven por aquí. Además, he comenzado otra vez la  temporada de avistamiento marino desde tierra firme, si se puede llamar así.
Pues nada, mis buenos amigos, me voy enamoradito de esta parte que dice "Deh! Scusate, perdonate alla mia semplicità", y la  versión que Elina Garanča hace de ella, deseándoles un feliz día, semana, mes, verano o lo que sea, que conmigo nunca se sabe (nudge, nudge, wink, wink, say no more; como diría Eric Idle en el tan famoso sketch del "Flying Circus" de los Monty Python). Por cierto, me sigo riendo aún con lo que dice Don Magnifico en la escena en la bodega del Principe Ramiro (todo de "La Cenerentola", de Rossini) sobre: "Premio bellissimo di piastre sedici a chi più Malaga si succhierà", esto es, que ofrece un premio de 16 piastras al que beba más vino de Málaga. ¡Hay que ver lo que ha viajado y la fama que ha adquirido nuestro carissimo caldo!
Seguirá informando, dall_darwin.

domingo, 24 de junio de 2012

Desde San José hasta San Juan

Muy feliz día a todos los Juanes que leáis estas líneas, y también, ¿por qué no?, muy feliz día a todos.
La gracia de la entrada es una merecida disculpa a todos los lectores que volváis a leer líneas de este blog tras más de tres meses en el dique seco. De hecho, el título de la  entrada hace justa descripción de ese período, ya que la última entrada la escribí la onomástica de los Pepes y las Josefas.
En fin, disculparme ante todo porque he estado dedicado únicamente a los estudios durante estos más de tres meses. He estado llevando para adelante el último trimestre de 2º de bachillerato y, además, la selectividad, que hice el martes, miércoles y jueves de esta semana. Por todo esto, un apoteósico final a un maratoniano curso que, gracias a todo ha sido de media final 10, por lo que espero que el curso que viene esté dentro de la facultad de biología de Málaga.
Por todo lo demás, no hay novedad o más excusa o motivo de ausencia.
En cuanto a todo lo ornitológico, las mixturas de hirundínidos en la calle a mediodía en busca de alimento vuelven a ser comunes y casi diarias, donde golondrinas comunes y dáuricas junto con aviones comunes pasan raseando, viéndose a los vencejos comunes y pálidos altos en el cielo a otras alturas y niveles diferentes de sus primos los que se arriesgan cerca del asfalto.
Las currucas cabecinegras aún cantan y las capirotadas ya cantan en todo su esplendor desde hace tiempo y, al igual que el año pasado, me han ayudado a pasar las mañanas de estudio estivales mucho más amenamente. Además, los mirlillos, si se les puede decir así, ya han crecido y se pasean junto a sus progenitores en busca de manducare. Los bellos papamoscas grises con sus ligeros vuelos me fascinaron desde que llegaron de l'Afrique hace medio o tres cuartos de mes, entreteniéndome levemente con ellos en algunas paradillas de estudio, que había que hacer.
Pues nada, espero volver pronto y ahora me voy escuchando la fantasía de Sarasate sobre los temas de Bizet de Carmen, un Caro nome al igual que lo es Gualtier Maldé para otra persona.
Excusándome sobre esta polifurcación mental última, se despide dall_darwin.

lunes, 19 de marzo de 2012

Un poema tiempo ha

Muy buenas a todos después de este tiemparrazo que no escribía un mísero carácter, signo, letra, número o, simplemente, espacio.
Hoy voy a hacer una cosa que desde hace tiempo podría haber hecho y no la he hecho no me preguntéis por qué. La cosa es que después de un tiempo relativamente corto pero largo escribiendo en el blog y, últimamente, sin escribir, querría dedicaros esta entrada y, sobre todo, su meollo, a todos vosotros, mis lectores, que hacéis más gratificante la escritura, ya que va dirigida a alguien en concreto, aunque posiblemente no os conozca a muchos. En fin, sin sentimentalismos y, a la vez y de forma paradójica, con ellos: muchas gracias a todos y, "Va por uhtede'".
La cosa es que hace ya un añito escribí una estrofa (en verso) acerca de las lavanderas que pueden verse en España, que reza según lo siguiente:

Cetrinas, cascadeñas,
blancas y boyeras;
así son las lavanderas
que a España pueblan entera.

A finales del curso pasado se celebró en mi colegio (San Estanislao de Kostka, Málaga) la nosecuántoava edición del concurso de poemas Manuel Laza, y mi profesor de Lengua y Literatura me dijo que participase. Así, con pocas esperanzas, un día antes de la fecha tope, me puse a componer un pequeño poema con temática relacionada con las aves, partiendo de la estrofa que ya tenía. Heme aquí que lo entrego y, cuál no es mi sorpresa que el 15 de junio (2 ó 2'5 meses después), justo recién terminados los exámenes o algo así, me envía un correo mi profesor diciéndome que había sido elegido segundo premio en la categoría de poemas de bachillerato, cosa que me sorprendió enormemente, según críticas textuales del jurado en las que valoraba la categoría de mi poema dntro de un "clasicismo desgarrador" (sic) y "como un certero y cetrero tributo a la fauna avícola hispana" (sic). Pero bueno, al bollo, que me ando meditando fuera del recipiente (como diría Marcos Mundstock). El poema lo titulé "Recorrido ornitológico" y es así:


Recorrido ornitológico

Cetrinas, cascadeñas,
blancas y boyeras;
así son las lavanderas
que a España pueblan entera.

Gaviotas y charranes,
paíños, fumarelas,
albatros y pardelas
sobrevuelan nuestros mares.

El águila y el halcón,
aguiluchos y milanos
vuelan sobre nuestros campos
en busca de algún ratón.

Majestuosa avutarda,
siseante sisón,
escurridizo rascón;
todos de igual calaña.

Palomitas, titas, titas,
gorriones y peregrinos,
currucas y estorninos:
todas aves urbanitas.

Mas sin ser responsables
con nuestro entorno amigo
él nos negará su abrigo
y será desagradable.

Y si en la Tierra querida
no se cuida a la vida,
la Apocalipsis temida
sobrevendrá en seguida.

Autor: Ignacio Barrionuevo

Pues nada, espero toleréis la batallita y, si es posible y tienen ustedes ganas, dejen comentarios, críticas, altramuces, garrapiñadas... sobre el poemilla premiado presente en la entrada.
Un saludo y seguirá informando, dall_darwin.


lunes, 27 de febrero de 2012

Más peña con hormonas

Buenas noches a todos.
Después de haber trabajado en diversas materias del colegio desde que desayuné hasta hace escasos 10 minutos (siendo ahora las 00:40), escribo algo sobre los pajarillos, que me alegran las mañanas de estudio con sus cantos y sus idas y venidas.
Ayer, sin ir más lejos, antes de salir a comer a casa de un familiar después de haber estado toda la santa mañana trabajando en otra serie de asignaturas, mientras me lavaba los dientes, escuché el sitchú-sitchú-sitchú del simpático carbonero garrapinos, al que le tengo tanto cariño desde aquel año que me dio el espectáculo que os conté con los conos masculinos del pino de delante de casama. Pues bien, el pino está otra vez con sus conos masculinos casi perfectamente desarrollados (aún les queda un poco, eso es verdad), aunque algunos gorriones y un par de currucas cabecinegras ya me han dado el placer visual que me dio el garrapinos aquel año. La cuestión es que esa misma mañana había registrado la segunda cita de una especie que hasta este invierno no se había dejado ver por aquí, el pinzón vulgar: una bonita hembra se dejó ver a principios de enero y ayer otra (o la misma). Además, ayer me dejó muy extrañado un mosquitero con una coloración un tanto oscura, aunque tenía flancos y zona anal amarillos, por lo que identifiqué al individuo como mosquitero común/ibérico, ya que no se dignó a cantar el angelico. Sin embargo, sí que cantaron, y durante toda la mañana, un trío de verdecillos desde tres antenas diferentes por el lado que da al mar, y otro trío de currucas cabecinegras reclamaban en el pino y el olivo que hay en la parte que da al monte. Además, un estornino se encargaba de acer los numeritos de imitación de mirlos, gorriones, oropéndolas y otros sonidos propios de su especie, para que no lo tachasen de tránsfuga. Hasta ahí lo que dio de sí la mañana de ayer sábado.
Refiriéndome a los cantos, debería reseñar que uno de los días de esta semana pasada, a la caída de la noche, cuando las nubes aún estaban enrosecidas y las araucarias se recortaban contra el horizonte, en conjunción con las antenas de radio, donde un mirlo se encontraba posado ofreciendo un recital de Bel canto a sus amadas y a quien lo quisiese escuchar. Yo hice esto último, no sin antes haber puesto una distancia prudencial para la intimidad de una pareja que, inspirados por el mirlo (o no) andaban más a lo suyo que a otra cosa. No hace poco había leído que los mirlos intercalan en sus cantos algunas imitaciones y, siendo como es la época de canto de los mirlos, estaba deseando experimentarlo. Pues bien, este mirlo quiso dejar claro que él era un macho de su especie y que, si así lo decía una guía, él imitaría a una especie, por lejana que estuviera esta. Y, en efecto, el canto de un carricero (o algo muy parecido) fluyó de la siringe del mirlo como si tal cosa. Era un inciso que quería hacer, sobre todo ahora que estoy escuchando la marcha nupcial de "El sueño de una noche de verano" de Mendelssohn.
Pues bien, la tarde de ayer me dejó con la vuelta de las currucas capirotadas a la escena teatral, aunque muda, todavía (ya habrá tiempo); mediante la aparición de un macho y una hembra. Esta mañana, tanto los verdecillos como las dos especies de currucas han querido repetir lo de ayer. Además, las tórtolas turcas se encuentran ya atareadas en la construcción del nido (ese que construyen año tras año en el pino de enfrente de casama).
Pues nada, ahora que las persianas de los órganos no gubernamentales que permiten la percepción del panorama desolador en cuanto a la economía y alentador en otros muchos aspectos quieren cerrarse y el primer movimiento de la cuarta sinfonía de Mendelssohn ("La Italiana") suena creo que es hora de migrar cual milana bonita al dormidero, que mañana será otro día... de trabajo y estudio.
Nada más, un saludo: seguirá informando, dall_darwin.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Gaviotas et al.

Buenas a todos.
Este pasado fin de semana, aprovechando que había terminado los exámenes, decidí dedicar un tiempo prudencial a las gaviotas de las playas de el Palo.
El viernes, cuando llegué a casa en Playa Virginia, miré a la playa y me sorprendió ver un bando de una pila de gaviotas. Mi padre, que acababa de sentarse a ver "Saber y ganar" me preguntó y yo le dije que, si mientras que duraba el programa no se iba a preparar la comida, me bajaba a escudriñar las playas. Sin inconveniente interpuesto, decidí bajarme a las playas esperando el elenco habitual de 4 especies de gaviotas (cabecinegras, sombrías, patiamarillas y reidoras). Me subí a la cuestecita que sube hacia el puerto de el Candado para ver mejor las especies y por si había alguna anilla. Allí, claramente muchas gaviotas cabecinegras en plumaje de 1º, 2º invierno, adulto invierno y algunos adultos que están llegando a su bellísimo plumaje nupcial, con su excelente cabeza negra y el ligero anillo orbital blanco. Además, sombrías de varios grupos de edad (desbordados sus números por los números de cabecinegras, sin duda). Unas pocas patiamarillas también estaban presentes, junto con un sólo adulto en plumaje invernal de reidora. Ninguna anilla fue detectada. De pronto, una pareja sale del restaurante "El Tintero" y su ocurrencia no es otra que espantar a parte del grupazo de gaviotas que había cerca de mí. Sin embargo, este hecho fue trascendental. De hecho, me habría perdido la quinta especie de gaviota si esta pareja no actúa a tiempo: Desplacé vista hacia un grupo de gaviotas que estaba más alejado de mí, en la orilla. De pronto, una gaviota "grande de cabeza blanca" llama mi atención. Lo que me llamó no fue otra cosa que el pico rojo. Claramente era una preciosa gaviota de Audouin lo que estaba ante mis ojos, junto con otro grupo de sombría, cabecinegras y patiamarillas. La anécdota graciosa de la tarde fue la de una pareja de chavales de mi edad que se me acercaron hablándome de usted y preguntándome si a lo que me dedicaba era al estudio científico de las poblaciones de gaviotas. ¡Se conoce que ya apunto maneras! Vista la hora que era, volví a casa a comer, aunque todavía Mr. Hurtado no había terminado, por lo que ví parte del divertido programa que presenta.
El sábado; a pesar de haberme acostado a las 2 de la mañana viendo "El hundimiento", magnífica película alemana sobre los últimos años de Hitler y el Reich; me levanté a las 9.00. A pesar de ser tan temprano, ya había gente que se me había adelantado y habían paseado a sus monísimas mascotas sueltas, cosa que, recuerdo, ES ILEGAL (corríjaseme si me equivoco). Así que disfrute del bando de cabecinegras y sombrías que descansaban en el mar, los cormoranes que descansaban en las mejilloneras de enfrente de el Palo, y pasé a explorar qué había más allá del puerto de el Candado, en el que había un cormorán grande pescando. Más allá no conseguí ver nada, en cuanto a especies avícolas se refiere; más que un puñado de verdecillos que cantaban a más no poder, llenando el aire de sus chirriantes y a la vez preciosos trinos; y un avión roquero sobre los cortados.
El domingo; a pesar de haberme acostado a las 1.30 viendo "El sur", bonita película en la que una jovencísima Icíar Bollaín hace sus pinitos en el mundo de la actuación; me levanté a las 8.30. Este día, aunque ya había gente que se me había adelantado, no era tan patente (menos un simpático perrito que no dejó de ladrarme hasta que no hube subido a la cuestecita anteriormente mencionada). Desde allí pude ver algún alcatraz en el horizonte y varias decenas de cormoranes en las mejilloneras, además de un trío que hizo entrada de gala ante mis propias narices y las del perrito simpaticón también, en la bocana del puerto de el Candado. El bando de cabecinegras, sombrías y patiamarillas no deja de estar presente en el mar, descansando. Allí también se produjo la anécdota graciosa del día. Estando yo con mi telescopio (un Yukon que impone lo suyo por el porte) se me acercó un hombre (volviéndome a hablar de usted) y me preguntó si lo que hacía era grabar un documental, a lo que contesté que no, que era simplemente observar aves por pura afición (¿apuntaré maneras también por este lado?). En el puerto de el Candado esta vez no había nada. Sin embargo, más allá, no había nada tampoco en la calita que hay justo después del puerto, pero sí que había un pájaro cantando desde los cortados. Cuando di con él y lo enfoqué, me encontré con una preciosa cogujada montesina. Una serie de aviones roqueros hicieron acto de presencia, dándome los buenos días (esos que los paseantes me negaban posiblemente porque soy un "saludaberzas", epíteto que no creo que sea en absoluto malo aunque esté incluido en "El gran libro de los insultos" de Celdrán Gomariz, y que conste que no me refiero a los sufridos corredores ni ciclistas que suficiente esfuerzo realizan). Sin embargo, la sorpresa del día me la iba a dar alguien en el paseo que hay hasta la Araña: Mirando las rocas que hay bajo el paseo, a la busca de algún correlimos, vuelvepiedras o cualquier otro limícola; me fijé en una silueta que en principio identifiqué como abejaruco. Como sabía que no podía ser, me paré. Tan pronto como hice esto, el animalito salió escopetado hacia las rocas contiguas, dejando ver sus anonadantes partes superiores azul brillante y sus partes inferiores naranjas (un claro martín pescador, que jamás había visto antes por el Palo. Cierto es que jamás había venido por estos lares). También me deleitó con su canto una tarabilla común al otro lado de la carretera, junto a unos jilgueros. Más adelante, en un parking, un petirrojo, un acurruca cabecinegra y varios gorriones, se daban el rancho. En un cortado que se veía un poco más allá, un par de cogujadas cantan, una curruca reclama, y un colirrojo tizón que hacía tiempo de que no estaba tan seguro de que un colirrojo macho era de la subespecie gibraltariensis. Las manchas alares blancas que presentaba me llamaron enormemente la atención, sin duda, aunque no más que un bisbita que no supe identificar pero que se encontraba demasiado inaccesible como para proceder a un estudio más minucioso y desde más cerca. A la vuelta hacia casa las gaviotas se dejaron ver en un bando de proporciones extraplanetarias, compuesto en su mayoría, si no en su totalidad, por cabecinegras. Ya desde casa, pude ver varios alcatraces, cormoranes y otras gaviotas, aunque sin niguna sorpresa de última hora.
Hasta aquí por hoy, que tiíto Morfeo me llama, y el amigo catre tiene extendida su pelliza para recibirme.
Con esto, seguirá informando, esperando tener noticias frescas internáuticas pronto, dall_darwin.

jueves, 2 de febrero de 2012

Algunas invernantes y otros con las hormonas despepitadas

Buenas a todos de nuevo.
Durante el invierno se nos están concentrando unas aves muy bonitas e interesantes por aquí. Tantas que no sé por dónde empezar:
  • Al principio del invierno (perdonad el retrasazo de 2 meses) una curruca mosquitera, habitual por cierto, se pasó por los jardines de mi urbanización durante 4 días.
  • Cómo no, decenas de mosquiteros se dan cita en la rambla del Jaboneros y otros sitios de El Palo. De hecho, la primera vez que escuché su canto (el que les da su nombre en inglés, chiffchaff) haciendo un simulacro de examen de inglés.
  • Los 5 correlimos tridáctilos que todos los años (los 2 inviernos que llevo de pajarero, al menos) en las playas de el Palo.
  • La sorpresa del invierno para mí fue el mismo día que les dediqué el rato más largo a los correlimos. La cosa fue así: Las calas de el Palo están separadas por unos pequeños itsmos que unen las playas a los espigones. Mirando hacia unos correlimos que estaban en la orilla de un itsmo, me fijé en un ave que estaba posada en el agua más allá del itsmo que me pareció una gaviota sombría. De pronto, se sacudió las alas levantando el cuerpo y estirando el cuello. me dije: "¡Anda mira!¡Una gaviota con una conducta de álcido que se las pela!". Le miré el pico y no era amarillo ni en broma. De hecho, era absolutamente negro. Me pregunté: "¿A ver si va a ser un álcido de verdad?". Me acerqué sin creérmelo. Apoyé los prismáticos y allí estaba: dorso oscuro, píleo oscuro y demás rasgos característicos de un álcido joven en plumaje de invierno, además de un pico bastante romo y oscuro. Tras esta descripción creo que estaréis de acuerdo conmigo en que es un alca de libro. Además, le faltaba la línea blanca en el pico, por lo que no sería un adulto sino que debía ser un joven. La cosa se puso interesante porque tan pronto me subí al espigón tan sigilosamente como pude se acercaron unas gaviotas a la orilla, todas reidoras. Al volver la cabeza hacia el alca, un segundo después, no estaba allí. Lo esperé alrededor de 1 minuto y medio y, de pronto, sin comerlo ni beberlo (o sin quererlo ni beberlo, como diría un amigo) me apareció en las narices. Delante de mis ojos, a escasos dos metros, a un tiro de papel (que no avanza mucho un trozo de papel cuando lo tiras, siempre que no este nada doblado, claro... perdonad la paranoia físico-bobísima). En fin, que, cuando estaba levantándome para moverme a otra cala para buscarla me apareció delante, por loq ue me tuve que quedar inmóvil (con un pie medio apoyado y una rodilla en un ángulo de 120 grados y la otra en ángulo de 100) para que el animalico no saliera espantao. Total que, muy tranquila ella (o él) se paseó metiendo de vez en cuando la cabeza en el agua para ver si encontraba algo para el papeo vespertino (o merienda, que le llaman). Hubo un momento en el que me pareció que el alca dio por concluida la audiencia (o videncia, creo que mejor dicho) porque empezó a mirarme con mucha frecuencia. Así, decidí irme a ver algunas gaviotas que andaban posadas unas cuantas calas más hacia el centro. Para cuando volví, el alca estaba a 1 metro de la orilla del itsmo en el que yo había estado antes. A una distancia prudencial me coloqué para intentar ver el cabuzón (como le dicen en Garrucha) tan característico de los álcidos. En efecto a los 5 minutos me deleitó con uno de libro. Como se echó hacia delante, mete el pico, luego la cabeza entera y, al final, entreabriendo las alas, como si quisiese volar debajo del agua, mete el tronco y la cola. Todo esto deja escasas trazas en el agua. Unas ínfimas onditas (no llegan ni a olitas) son el único rastro que dejan tras de sí. A la mañana siguiente, teniendo que faltaba un profesor y que, por esto, nos permitían entrar a las 9.00 en vez de a las 8.10 al colegio aproveché para levantarme a la hora habitual y, en vez de ir al colegio a las 8.10 me pasé por la playa a esa hora, casi no había amanecido pero había luz suficiente. Sin embargo, al alca no la encontré hasta las 8.45, por lo que no tuve tiempo más que de ver un par de zambullidas antes de empezar con (y es absolutamente cierto que no lo he hecho intencionadamente puesto que ese día era miércoles y a segunda hora era lo que teníamos)(perdonad todos menos el que es susceptible a pillar la gracia de todo esto, mi profesor de la asignatura que, según creo, puede ser esta la primera entrada que lea de mi blog) ¡PPI!
  • Un aguililla calzada se ha dignado a aparecer en los alrededores de la urbanización, más concretamente, en la lontananza, junto al monte San Antón.
  • En cuanto a las lavanderas, ganan por goleada las blancas, aunque hasta finales de diciembre se pudo ver en el Jaboneros una cascadeña, preciosa, para más señas.
  • Últimamente, las concentraciones de gaviotas posadas en la mar; en bandos mixtos de reidoras, cabecinegras (que están empezando a ponerse para chillarles con su plumaje estival), sombrías y patiamarillas; se están haciendo patentes de una forma brutal (antes eran mucho más discretas). El sábado pasado, en los descansos de estudio, pude ver a apróx. 2000 entre todas las especies (y me atrevería a decir que no exagero). ¿Podrá ser que con la ola de frío están bajando brutalmente?
No quiero dejaros sin decir lo bestiales que están también las primaverales y residentes:
  • Los verdecillos están que trinan (nunca mejor dicho). Decenas de machos en las copas de los árboles cantan hasta decir basta (y más allá). Hoy, sin ir más lejos, cuando bajaba la calle Octavio Picón, en las copas de un olivo dentro de los jardines del colegio de los Ángeles Custodios y de varios plátanos de sombra, desnudos estos últimos, cantaban media docena de verdecillos a la vez.
  • Los primeros mirlos empezaron a escucharse con sus incansables cantos desde temprano y hasta tarde la semana pasada.
  • Las currucas cabecinegras están ya cantando, aunque hay que aguzar el oído para escucharlas. Creo que el año pasado las oía con un canto más fuerte. Éstos empezaron ya hece un mes o así.
  • Con respecto a los cantos, he de decir que me sorprendió, mientras estudiaba los trimestrales, que los petirrojos, algún día que me quedé estudiando hasta las 2 y pico de la mañana, cantaban como si fuera una hora normal y corriente (entiéndaseme). No sabía que a estas horas, mientras nosotros los humanos dormimos, ellos cantan. Fue desde luego, al igual que las capirotadas el verano pasada, una arenga para no  caer en los brazos de nuestro amigo Morfeo que ya me reclama.
Un saludo a todos y, como siempre, para no faltar a la cita, seguirá informando: dall_darwin.

domingo, 8 de enero de 2012

Laguna de Fuente de Piedra

Tanto tiempo sin postear pasa factura. Me sumo a los críticos que dicen que aquellos que pajarean y no comparten deberían hacerlo más a menudo pero, perdonad la excusas, segundo de bachillerato es un trago importante. Yo diría más, muy importante (si parafraseamos a los inmortales Hernández y Fernández).
Sea como sea, hoy he estado todo el día de pajareo por la Laguna de Fuente de Piedra y ahora, escuchando el primer acto de "El barbero de Sevilla" por la Callas y Tito Gobbi, me dispongo a relataros un poco de la experiencia.
Llegamos hacia las 11 entre una cosa y otra. Sin embargo, nos encontramos con que únicamente había dos coches ya pertenecientes a visitantes. En la lagunita pequeña que hay al entrar con el coche había un grupo pequeño de cucharas y cercetas comunes, además de unas pocas fochas y cigüeñuelas y una avefría.
Más adelante, en la pequeña charca que se cruza mediante un puentecito de madera, vimos un par de bisbitas pratenses y unas cuantas lavanderas blancas. Ya en la otra orilla, realizaban muchas tarabillas comunes sus vuelos de atrapamoscas. Desde allí también se observaba un buen bando de gaviotas reidoras junto a alguna que otra garcilla bueyera siguiendo conjuntamente a un tractor que oreaba la tierra de un campo adyacente. Al otro lado podíamos ver, en la Laguna, los icónicos flamencos y un bando de proporciones bíblicas (si en este caso parafraseamos a Pedro Piqueras) de gaviotas sombrías y alguna patiamarilla.
Cruzando de vuelta el puentecín de madera vimos un par de avefrías y otra cantidad igual de grajillas. En los tarajes de la charca se movían dos escribanos palustres que se trasladaron a unas espadañas de la misma charca, cerca de unas lavanderas blancas que se preparaban para el rancho de media mañana en las orillas de barro. Al fondo de la charca, en otros tarajes se veía un bando de unos 3 gorriones morunos y un par de gorriones comunes, excluyendo por supuesto a las indistinguibles hembras. Sobre las cañas un gran bando de trigueros cantaba y, supongo, comía. Pronto, cuando nos íbamos hacia el Laguneto, se posaron unas cogujadas comunes en la parte desecada de la charca.
Ya en la charca que hay antes de llegar al recinto cerrado donde están los observatorios de el Laguneto y la Laguna de las Palomas había c. 20 cercetas comunes alimentándose en tierra junto a dos cucharas machos que dormitaban sobre una sola pata y a 14 gallinetas. Alimentándose en el agua había un grupito de 7 u 8 agujas colinegras, 1 archibebe común y un par de cigüeñuelas.
El Laguneto estaba atestado de cucharas y gaviotas reidoras, patiamarillas y sombrías. Sin embargo, algún que otro ánade friso y porrones europeos coexistían con las ya mencionadas. En cuanto al pelo, unos confiados conejos se paseaban por allí. También cazaban moscas, mosquitos y demás público unos pocos de mosquiteros. Como no, se sumaron a la fiesta unos Cetia ruiseñores, Cetias ruiseñores o ¿cómo es el plural de esta especie (antes con el nombre de ruiseñor bastardo era más fácil hacer el plural)?
Ya en el Mirador de la Vicaría pudimos ver un bando de chorlitos dorados junto a las gaviotas en la parte septentrional de la laguna. Sin embargo, aquí, lo más... (los angloparlantes lo llaman breathtaking y aciertan de pleno con una sola palabra) en español lo podríamos llamar anonadante, fueron dos meloncillos que cruzaron frente a nosotros el arroyuelo que hay frente al mirador.
De camino al Mirador de Cantarranas vimos varios bandos de grullas comiendo en los campos y a un mochuelo europeo sobre una casetilla o cobertizo cercano a uno de los bandos.
Sin embargo, la hora de comer estaba al caer y el hambre acuciaba, así que nos retiramos a comer a Casa Tejada, recomendabilísima por cierto, en la Plaza Mayor de Fuente de Piedra.
Después de un cafecito para la madre y patrona, salimos por la calle Campillos en sentido contrario al que íbamos antes de comer.
Ya en los alrededores de la Laguna, en unos campos cultivados vimos un bando de alcaravanes (alrededor de 30). En otro campo cercano se levantó un bandito de alondras.
Ya llegamos al Mirador de Cantarranas alrededor de las 17:45 para esperar a su (a qué se refiere su, ya lo averiguaréis) llegada y, aprovechando que llevaba mi cuaderno de campo me dejé llevar por el arrebato creativo:
Mirador de Cantarranas: Un frío que pela. Anochecer y luna casi llena. Sobre el carrizal c.12 aguiluchos laguneros rondan en busca de presas. Así da gusto diferenciar sexos y edades.
Aún con poca luz se distingue un pato colorado entre un bando de azulones.
Sabemos que llegarán, pero preferimos aguantar estoicamente.
Acabo de escuchar un mochuelo, un sonido esperanzador que se alza sobre los acuciantes graznidos de nuestras amigas las gaviotas.
Se les escucha, sabemos que están ahí, al llegar, esperaremos. Casi es de noche ya.
Las gaviotas no se deciden. No saben si quedarse posadas en el agua o no. ¿Qué las hará dudar?
El típico reclamo de los azulones resuena con ganas, como una histriónica e histérica risa en los breves silencios del ocaso.
Están al caer, lo sentimos.
A nuestro alrededor, un concierto de paseriformes se deja escuchar y distinguir poco a poco. Las currucas cabecinegras, los pardillos en sus bandos mixtos con jilgueros y pinzones, las lavanderas añorando sus dormideros o dirigiéndose a ellos, los colirrojos tizones y sus chasquidos, los esporádicos mirlos y los sempiternos petirrojos. Sin embargo, sus sonidos son los que más a menudo se escuchan, cada vez más cerca.
Dos currucas se reprochan o se advierten, no parecen del todo contentas, la noche cae.
Ya han llegado, ahí van. Trompeteantes sus reclamos, larga su silueta, de punta de las patas a punta del pico, roja su coronilla, no son otras que las grullas.
Ahí llega otro bando.
Una simpática focha ha querido sumarse a nuestra bienvenida a la que se ha restado la patrona, que se retira al coche alegando un casi congelamiento íntegro. También mis manos están casi congeladas, pera compensa tantísimo el espectáculo... Sus llamadas copan el ambiente. Esto es inaudito. Cuatro disparos retumban y han revolucionado al bando que ya posado descansaba después de un duro día. Al momento, se han comenzado a escuchar sendos bandos: uno a siniestra, compuesto por dos bandos de cientos de individuos que, sin embargo, no sonaban tanto como los que a mano diestra alcanzaban tierra.
Poco a poco todas se han ido posando.
Mientras escribo esto algo cruje a mis espaldas, hora de partir. Una risa de azulón y las advertencias de unas cigüeñuelas me recuerdan que he de decirles adiós.
Un último mochuelo maúlla como si el mañana no existiera.
Hasta otra, Fuente de Piedra

Hasta aquí esto. Muy buenas noches a todos ustedes y un saludo.
Por cierto, felicísimo año para todos.
Seguirá informando, dall_darwin; Nacho para los amigos, que sois vosotros (si, en este caso, parafraseáramos a Cifu, que realiza el programa de jazz de Radio Clásica Jazz porque sí).