jueves, 5 de julio de 2012

El calorcito hace de las suyas

¡Hombre! ¿Cómo yo por aquí? Tan pronto. Si hace solo un día que nos leimos/escribimos. En fin, que esto es cierto. "Ist's Fantasie, daß ich noch lebe?" (¿Es una fantasía que aún siento?) como diría Tamino. Pero la respuesta, como se le respondería a Tamino, es no. Me acabo de despertar de una buena siesta ya que ayer me acosté a las 1:00 depués de ver los tres primeros cuadros de "El Oro del Rhin", y hoy me he levantado a las 6:15.
La cosa es que hoy mismo he estado en la Desembocadura del Guadalhorce. Como queda dicho, a las 6:15 ya estaba en pie, y ya a esa hora hacía un calorcito anormal. A las 7:30 ya estabamos subiendo la cuestecita de entrada desde Guadalmar. Adonde primero fuimos fue a la Laguna Escondida, donde lo más destacable fueron dos machos de malvasía en plumaje bellísimamente estival; junto con un martín pescador al fondo de la laguna. Otras especies fueron ánade azulón, zampullín chico, carricero común. Tras eso pasamos por la Laguna de la Casilla; no sin antes cruzarnos con un martinete adulto en plumaje estival volando desde la Casilla hacia la parte alta del Guadalhorce; en la que fochas, porrones, azulones, malvasías y zampullines chicos nos han recibido. En la parte alta del Río Viejo la señora de chorlitejo patinegro se unía con sus parientes chorlitejos chicos. También muchas cigüeñuelas nos  recibían allí como especie mayoritaria. Tres conejos se pasearon también por delante de nuestras narices. En la parte baja del Río Viejo casi únicamente había cigüeñuelas, aunque si que había algún chorlitejo chico. Después de aquello me di un paseito por la playa, en la que varios ejemplares de Homo sapiens sapiens se daban un bañito de sol, como se lo estaba dando mi nuca. El calor que venía haciendo era ya inhumano. Alrededor de los 30 grados y subiendo. Por esto ismo me eché algo de salada agua marina sobre la testa y continué hacia la Laguna Grande. De camino a ella me crucé con doña abubilla, que salió volando de mi brazo izquierdo, al igual que el señor y la señora cogujada lo hicieron de mis pies. Ya en la Laguna Grande una concentración ingentísima de gaviotas de Audouin, entre las que había algunas aanillas; junto con un trío de cabecinegras; una cantidad relativamente grande de reidoras y unas pocas patiamarillas. También destacaban un par de espátulas, una garcilla bueyera, un grupito de garcetas comunes y un cuartetín de archibebes comunes. Para ese momento, el calor azuzaba de una forma más allá de inhumana, hacía un calor que ablandaba los sesos, embotaba la cabeza... Decidimos terminar el día probando suerte con el avetorillo o el calamón de nuevo en la Laguna Escondida. Sin embargo, allí estuvimos inmóviles y silentes durante media hora viendo el ajetreo que traían las fochas, los abejarucos, las gracetas... pero ni hablar de los dos objetivos. En ese momento ya habíamos perdido todas nuestras fuerzas y, dejados de la mano de Lorenzo, nos dirigimos hacia el coche, donde concluimos nuestro recorrido de hoy.
Esto aquí se acaba por hoy, y espero que no por este mes, pero no me voy a repetir, que igual terminé la entrada de ayer.
Muy buen día y les deseo una fresca noche, paliativa del derretidor día que hemos pasado hoy.
Seguirá informando, dall_darwin.

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