sábado, 18 de junio de 2011

Más batallitas

Este invierno pasado, tuve varias citas de un carbonero garrapinos que se acercó al pino que hay delante de mi cuarto en casama. Sin embargo, las citas más especataculares de este pequeño párido fueron las más metidas en febrero. En este mes, los conos masculinos del pino habían desarrollado sus esporas y estaban a pique de un repique éstas de caer. El garrapinos aprovechó esta oportunidad para acercarse al pino a comer un poco de los conos masculinos. Cada vez que saltaba sobre éstos, los conos soltaban una lluvia de esporas que, al ser de color amarillo, se asemejaba a una lluvia de oro. Esto fue impresionante y el simple hecho de verlo fue un placer, ¡qué belleza!

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