jueves, 23 de junio de 2011

¿Casualidad?

Ahora entenderéis el porqué del título. Resulta que al igual que me pasó con las palomas torcaces, me ha pasado con los carboneros garrapinos y los papamoscas.
No bien os hablé de los garrapinos en mi anterior entrada, el martes 21 por la mañana, mientras veía El Retorno del Rey, escuché el canto inconfundible de un párido y, extrañado, me lancé a por mis prismáticos y a la ventana de mi cuarto (en casama). Allí, escuché de nuevo el pichú pichú y unos agudísimos y bajos en volumen. De pronto vi a dos pajarillos volando hacia las barandillas situadas por encima mía y volviendo al árbol. ¡Al fin tenía la posición! Enfoqué los prismáticos y, en efecto, eran páridos con una mancha blanca en la nuca y el resto de la cabeza negra con unas manchas blancas debajo de los ojos. Los identifiqué rápidamente como garrapinos después de haberlos estado viendo durante el invierno. Sin embargo, si en todo el invierno tuve cuatro citas, el martes fueron cuatro los ejemplares que había en el pino: dos juveniles con la cara mucho menos nítida y,con su perdón, bonita que la de los adultos que vi en invierno y al que había pululando por allí ese día (al cuarto ejemplar no pude identificarlo como adulto o juvenil).
Pero, no esto es todo, porque el martes también, estando en mi cuarto mirando para el pino y viendo gorriones, gorriones... y más gorriones, pasó una siluetilla por delante hacia la valla en la que solían posrse los papamoscas grises para cazar moscas. Con los prismáticos enfoqué y, en efecto, era un papamoscas. Corriendo salí hacia mi "hide" de la escalera, desde los veo mejor hasta que  considero que si sigo más tiempo van a dejar el lugar. Y allí estuve admirando a dos ejemplares de papamoscas, además de dos mirlos restregándose que ambos eran poseedores de sus respectivos territorios mediante una serie de cantos preciosos. Además, a lo lejos, en un poste de alta tensión sobre la autovía, vi a uno de los ejemplares de cuervo que pululan por aquí, hasta que decidió salir e irse volando. También vi a uno de los dos ejemplares emparejados de cernícalo que crían en Villa Cristina (una urbanización cercana).
Esto es lo que yo llamo un completo día de pajareo sedentario. ¡Ñij, ñij!:D

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